Rafa Nadal en la Laver Cup: Tres momentos de la historia del tenis

Los nombres de Rafa Nadal y de la Laver Cup irán siempre unidos. Tres fueron las participaciones del 22 Grand Slam (2017, 2019 y 2022), dejando momentos que trascienden el deporte.  Y es que en esta competición por equipos —donde se enfrentan Europa y el Resto del Mundo— Rafa no solo brilló por sus triunfos, sino también por su carácter, liderazgo y vínculos humanos que emocionaron al mundo.

2017 – El debut y el sueño de los fans: Nadal-Federer

La primera edición, celebrada en Praga, fue un evento cargado de simbolismo. En la capital checa se produzco uno de los momentos más icónico de la historia del tenis: Nadal y Federer jugando juntos un partido de dobles por primera vez. Rivalidad convertida en alianza. El español y el suizo derrotaron a Jack Sock y Sam Querrey en un partido que combinó emoción con gestos pocas veces vistos entre los dos grandes campeones.

Fue más que una victoria, una imagen de una nueva era del tenis, donde el respeto y la admiración entre competidores se convirtieron en ejemplo para el deporte mundial.

2019 – El alma del equipo en Ginebra

En la Laver Cup 2019, disputada en Ginebra, Nadal volvió a representar al Team Europe, esta vez combinando sus minutos en pista con un rol de verdadero líder de equipo. Aunque no pudo jugar por una lesión en la muñeca los partidos del domingo, su intensidad desde el banquillo fue clave.

Animó, gritó, aconsejó a sus compañeros, especialmente a Tsitsipas y Zverev, celebrando cada punto como si fuera suyo. Europa se impuso y gran parte de ese mérito también se encontró en su influencia fuera de la pista.

2022 – Londres y la despedida más emotiva del tenis

La edición de 2022, celebrada en Londres, también quedará para siempre en la historia del deporte. No por un título, sino por un momento humano: la retirada de Roger Federer.

Nadal fue elegido por el propio suizo para ser su compañero en su último partido profesional. Juntos, disputaron un emocionante dobles frente a Jack Sock y Frances Tiafoe.

El resultado pasó a segundo plano. La emoción fue tan real que, al finalizar el partido, Nadal y Federer compartieron lágrimas, risas, y una de las imágenes más virales y conmovedoras del deporte moderno: dos rivales históricos tomados de la mano, llorando, diciendo adiós a una era. Fue un cierre poético.