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QuirónSalud, partner sanitario de la Rafa Nadal Academy by Movistar, analiza esta lesión tan común entre los deportistas. ¡Y recuerda! El primer síntoma que notaremos en el caso de padecer esta lesión es un fuerte dolor en la parte interna del talón, generalmente más intenso al levantarnos.

 

La fascitis plantar consiste en la inflamación de la fascia plantar, generalmente por sobrecarga o sobreestiramiento. Es el dolor de talón más frecuente y afecta aproximadamente al 10% de la población. Puede acarrear serios problemas a los deportistas a la hora de seguir con su entrenamiento habitual, además de acarrear otros problemas, como cambios en la postura o la disminución en general de nuestra actividad diaria debido al dolor que sentimos.

 

“La fascia plantar es una banda fibrosa muy resistente que actúa como un ligamento”, explica el Dr. Ghassan Elgeadi, jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud San José. "Además de tener función amortiguadora en la planta del pie, contribuye al correcto mantenimiento del arco plantar longitudinal del pie".

 

El primer síntoma que notaremos en el caso de padecer esta lesión es un fuerte dolor en la parte interna del talón, generalmente más intenso al levantarnos, ya que “la fascia se acorta por la noche y la tensión de los primeros movimientos es más fuerte”. También tras periodos de reposo habituales del día, como parar a comer o sentarse un rato a descansar. A medida que nos movemos, la fascia se va estirando y el dolor, aunque no va a desaparecer, disminuye. “Se trata de un dolor que, si bien no suele ser de alta intensidad, es muy molesto. El hecho de que mejore con la toma de analgésicos (aunque no se elimine por completo) hace que muchos pacientes tarden en acudir a su especialista y, como consecuencia, puedan ver agravada su lesión”, subraya el especialista.

 

En cuanto a las causas y desencadenantes, existen varios factores de riesgo:

  • Sobrepeso y obesidad.
  • Pies cavos, con "mucho puente".
  • Desequilibrios en la potencia de los grupos musculares de la pierna, predominando la contractura o falta de longitud de los gemelos o el sóleo.
  • Deportes de impacto, como corredores, saltadores o que implican arrancadas súbitas, como el tenis o el pádel.
  • Introducción de actividades deportivas, a las que no estamos acostumbrados, demasiado rápido o con una carga excesiva de entrada, o bien, aumento súbito de la actividad deportiva.

 

El diagnóstico de esta lesión es fundamentalmente clínico: escuchando al paciente y con la debida exploración del pie y sus grupos musculares por parte del especialista. En algunas ocasiones, como los casos crónicos o que no mejoran con el tratamiento, puede ser necesario realizar pruebas complementarias para descartar otras patologías asociadas o que puedan confundirnos al manifestarse de forma parecida.

 

En el caso de pacientes que se han lesionado hace poco o que no han hecho tratamiento reglado alguno, lo recomendable es comenzar con medidas conservadoras:

  • Estiramientos del gemelo y del sóleo: si realizamos estiramientos correctos, podremos resolver en muchos casos la contractura, y con ello la fascitis plantar. Sin embargo, el especialista subraya que, "no suelen presentar resultados inmediatos, por lo que hay que hacerlos muy frecuentemente y de forma correcta". No debemos olvidar además estirar de forma correcta la propia fascia plantar para aliviar su tensión. La fisioterapia puede ser de gran ayuda para acelerar este proceso de estiramientos.
  • Masaje de la fascia plantar y aplicación de hielo o frío en la planta del pie.
  • Taloneras de silicona. “Es cierto que producen alivio rápido al mejorar la mecánica”, advierte el Dr. Elgeadi, “pero a la larga pueden contracturar aún más el gemelo, por eso únicamente recomendamos usarlas cuando el dolor es muy intenso y retirarlas en cuanto los estiramientos y analgésicos logren mejoría suficiente para poder llevar a cabo sus actividades sin ellas”.
  • Infiltraciones corticoanestésicas: es posible infiltrar la zona inflamada de la fascia plantar bajo control de ecografía, con el objetivo de quitar dolor con el anestésico local y la inflamación con el corticoide. Algunos estudios indican que este último puede atrofiar la grasa plantar o la propia fascia y generar su ruptura, especialmente si las infiltraciones son repetidas, por lo que muchos traumatólogos no las recomiendan de forma rutinaria.

 

Sin embargo, señala el Dr. Elgeadi, "un porcentaje no despreciable de pacientes no mejora con estas medidas pese a aplicarlas de forma correcta y durante un tiempo suficiente". Es en estos casos cuando se recomiendan los tratamientos quirúrgicos disponibles:

  • Alargamiento proximal del gemelo interno. “Indicado para los pacientes con acortamiento de gemelo y sin acortamiento de sóleo, ya que es la técnica que ofrece mejores resultados”. Esta técnica proporciona alivio del dolor de la planta del pie en los primeros días, se realiza de forma ambulatoria, sin ingreso, y es una técnica muy poco invasiva y muy bien tolerada.
  • Alargamiento del tendón de Aquiles: para los casos poco frecuentes de acortamiento de todo el tríceps sural, es decir, gemelos y sóleo.
  • Fasciotomía parcial o total: es la sección parcial o total de la fascia plantar en su inserción en el calcáneo, de forma poco invasiva y guiada por ecografía. “La realización de esta técnica está sujeta a mucha controversia, puesto que puede generar dolor a largo plazo o ser desencadenante de pie plano del adulto a medio o largo plazo”, subraya el especialista.

 

En definitiva, una vez que hemos caído en esta lesión, lo más importante es tener calma y tranquilidad, armarnos de paciencia y no tener una prisa excesiva para volver a entrenar.

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